Definitivamente, si antes en España ya lo eran, ahora lo son
aún más… si, hablo de ese día, el
primero de la semana y sin duda el más duro de todos.
Los lunes por la mañana es como si todo fuera a cámara lenta,
y es normal, después de un fin de semana interminable y lleno de miles de cosas
por hacer, y trasnochando mas de lo habitual los niños están muertos! Y no son
los únicos… después de los domingos de fútbol y de irse a dormir a las tantas
acabando trabajos por que los lunes son días de entregas, cuando
suena el despertador los lunes desearía desaparecer, pero como no puede ser, adelante con
ellos! En este día, es cuando las
típicas frases de mis pequeños “ I’m so tired” , “ I don’t want go to the
school” y “ please I want sleep a bit
more” son el día que más creíbles
suenan.
Hoy les he prometido que si hacen los deberes y cenan bien podrán
elegir postre.
A pesar de mi promesa, los deberes los lunes son algo
complicados, les cuesta y se quejan bastante, yo estoy agotada y ellos no lo
ponen fácil, pero entonces respiro hondo… sé que si yo estoy agotada ellos lo están
también y ese es el motivo de su comportamiento, así que miro dentro de mi y
veo que en mi baúl de la paciencia aun me queda un poco, así que con una
sonrisa les ayudo a acabar los deberes.
Les preparo la cena y como he prometido les dejo elegir postre. Me dan las gracias y para compensarme hoy se
ponen el pijama sin quejas, se lavan los dientes y se echan a la cama, están cansados
así que no dan mucha guerra, les cuento un cuento a cada uno y después del
cuento, Luces apagadas. El día a acabado para ellos.
Yo bajo las escaleras y me voy a los caballos, hay que
revisar que tienen agua, preparo la
cena, ceno, escribo un poco que hace tiempo que no escribo, y leo un rato hasta
que mis ojos empiezan a pesarme, apago las luces, por fin ha llegado mi hora de
dormir y de descansar.
Un día más en Inglaterra, un lunes menos.
Un lunes agotador, pero un lunes donde esas caras suplicándome
5 minutos mas en la cama, esas sonrisas que me desean un buen día, esas manos
asustadas agarrando con fuerza las mías en busca de protección, esas miradas de
complicidad, esas sonrisas de alegría y felicidad, todo eso me da las fuerzas
que necesito, y me carga las pilas para toda la semana.
Cada día tengo más claro que mi estoy en el camino correcto,
mi destino es ser educadora de estas pequeñas personitas que me llenan de
felicidad hasta en los peores días.
Precioso sin duda alguna, sé a ciencia cierta, que lo que te propones lo consigues! Sigue así mi campeona! Te quiero mil!
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